No me siento nada partidario de que el maldito Sistema me obligue a celebrar determinadas festividades (cosa que dejé clara en Navidad...). Sin embargo, me gustaría puntualizar algo con respecto a algunas de ellas y, sí, Navidad incluida...
Navidad: Oliendo a Paz y roscos de vino, te sientes obligado
a ser bueno. Nada importa que el resto del año te comportes como un auténtico 'hijo de mala madre'. En realidad, lo que buscas es, como hijo de mala madre que eres, que el
resto te haga sentir apreciado, cosa que NUNCA ocurre. El resto te odia y, durante estas fiestas, ¡FINGE!

Semana Santa: Imbuido de un estado beatífico, sólo piensas en recogimiento y oración. En realidad, utilizas esta fiesta para ligar (piensas que con el rollo cofrade se liga). Pero no te comes nada de nada. Los demás ya te conocen de otros eventos anteriores y saben como eres. Nadie te toma en serio.
Podría seguir así todo el día pero pienso que, como muestra de la falsedad en la que (casi) todos andamos sumergidos, bien valen tres botones. Como estos. De hecho, tal es la falsedad que no me importaría celebrar San Valentín, aunque, tal y como andan las cosas, creo que acabaré quedándome en casa. Por si llueve. Sobre mojado...
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