
‘¡…Diablos’…, se la vendí…! De lo que no me acuerdo es de a quién…¡ Ni del porqué… Ni de nada… No sé, ni tan siquiera sé qué le vendí… ¡Bah!, seguramente porque alguna preciosidad me facilitó la transi-transac-ción de la noche al día… (¡Ése maldito Yukio y sus sentencias acerca de la belleza…!).
Pero no quiero irme, – bueno, SÍ… (vale…, ¡qué más quisiera que volver a mi cama!..., aun sólo…, se trata de dormir –), sin ser consciente de qué día será – ya lo es – hoy.
2 de julio de 2010. ¡Que dieciocho años nos son nada!
¡Felicidades por, y sobre todo, alegrarme la vida, GENIO!