Sr. Jorge Fernández Díaz,
Ministro de Interior:
Grande ha sido el revuelo armado
con motivo del asesinato (que lamento profundamente) de la señora Isabel
Carrasco, Presidenta de la Diputación y del PP de León. Considerable, sí, pero con
un motivo bien claro: Venganza; así, con mayúsculas; pura y dura; sin más (ni
menos). Algo que, parece, inherente al ser humano, uno más de los innumerables fallos
de diseño que, desgraciadamente, poseemos…
Lo curioso es que, en menos de lo
que dura un suspiro y, aprovechando que el Guadalquivir pasa por Sevilla (soy
andaluz y, tanto el Pisuerga como el Ebro, habituales en estas comparaciones,
me vienen muy a trasmano), salga usted a la palestra a hablar de, y cito
textualmente, ‘limpiar las redes sociales de indeseables’, de ‘apología del
delito y del odio’, de ‘acabar con los mensajes injuriosos’…
Bien. Muy bien. Me parece
fenomenal. Comencemos desde la educación en casa. Continuemos con la formación
en colegios, institutos y universidades, algo de lo que andamos ‘a la baja’,
más aún desde que los recortes en esta materia campan por sus respetos. Y, si
me apura, desde el ejemplo de nuestros políticos (entre los que usted se
encuentra), que no es precisamente, el adecuado. Y no nos olvidemos de la
Cultura, también con mayúsculas, que brilla por su ausencia.
Naturalmente, en este afán de ‘ponerle
puertas al campo’, hay algo que se deja atrás, ignoro con qué intención: ¿sólo
las redes sociales merecen este tratamiento? ¿Por qué no hacerlo extensivo a la
prensa escrita? Y con las emisoras de radio…, ¿no piensa hacer nada? ¿Y con las
televisiones? ¿Por qué no crear brigadas que velen porque en las aceras,
mercados y bares de nuestro país ‘no se atente contra el derecho inalienable de
no verse abocado al oprobio de la crítica callejera’?
Mire, ya sé que tiene (tienen)
desde su marcadísima ideología, la idea de que Internet debe ser controlada
(¡cuán cercanos andáis del orwelliano ‘1984’!). Y, modestamente, le aconsejo
que se dediquen a otra cosa. LA INFORMACIÓN NO PUEDE NI DEBE SER CONTROLADA. NI
LAS OPINIONES. Lo que deben ser es, ciertas las unas y objetivas las otras. Y,
ya puestos a controlar (perseguir), ¿por qué no habla nunca de las barbaridades
que surgen desde el ‘TDT Party’ y desde los medios afines a la derecha? ¿No
merecen ellos ser castigados? ¿Es que los que nos encontramos a lo izquierda y
aquéllos que se mueven en terreno neutral no merecemos respeto? ¿Sólo se pude
insultar desde la derecha? ¿Sólo es susceptible de ser perseguido y sancionado aquél que comete agravios contra los suyos?
Y ya que usted opina que ‘fuera
de la Democracia sólo hay anarquía’, le recuerdo que, precisamente, es la
Democracia en sí la que me permite tomar o no partido a la hora de elegir mi ideología.
Libremente. Sin presiones.
Sé que a todos nos debiera toca
reflexionar con respecto a este asunto y sus consecuencias. Pero, más aún a los
que, como usted, lo viven de forma directa, nos representan (aunque algunos no les
hayamos votado, ¡qué quiere que le diga!) y, convendría, predicaran con el
ejemplo.
Atentamente,
José Miguel Romero Fernández.
Ciudadano. Andaluz. Músico. Nacido en este país que
aún (algunos) llamamos España.