Hay momentos en los que, no sé
exactamente porqué, por muy fuerte que sea (que lo soy), por muy preparado que
esté para enfrentarme a todo (que lo estoy), un suspiro, un susurro, una
palabra, un guiño, una mirada furtiva, me hacen dudar de todo. O casi…
Lo único cierto, aparte de
que, algún día (y no tengo interés alguno en saber cuándo ocurrirá; de hecho,
estoy por evitarlo…) me iré de este jodido Mundo con los pies por delante, es
que la Vida no se casa con ninguno de nosotros. Y mucho menos, conmigo; ya me
casé una vez y, ‘señoría, aquí pongo fin
a mi alegato…’. La Vida, maldita entelequia aristotélica donde las haya, no
se deja comprar ni por ti ni por mí. No. La
Vida no es la puta de nadie. Ella
va, pasa por encima de nosotros cuándo y cómo quiere. Y, bueno, mientras lo
hace, suceden ciertas cosas que, a veces, me hacen sospechar ‘que algo extraño ocurre’.
¿El Efecto Mariposa? ¿Casualidades? ¿Causalidades? ¿El Destino? ¿El
azar? Bueno, realmente es todo lo mismo. Pensar que me maneja desde no sé dónde,
no sé quién, con hilos invisibles e intangibles, es algo a lo que me resisto.
Sin embargo, a veces tengo la sensación de que juegan conmigo. Cosa que me
enoja, puesto que si lo hacen, prefiero tener la oportunidad de defenderme,
algo que, obviamente, no sucede nunca. Y ahí me quedo, dubitativo, pensando en
porqué diablos me pasan cosas tan casualmente poco usuales…
Y, para colmo, me tiro toda la
noche (lo poco que duermo) soñando que me veo delante de un espejo y vestido de
color gris (como un cartero de los de antes, vamos, sólo que con más estilo,
por supuesto…). Un espejo no miente, simplemente refleja lo que uno es. Nos
muestra nuestra esencia y nos dice la verdad sobre nosotros mismos aunque no
nos haga ni pizca de gracia… El espejo revela aspectos de nosotros mismos que
estamos obviando y a los que no prestamos demasiada atención en el mundo real.
El color gris se asocia con independencia, auto-suficiencia, auto-control. Un
escudo ante las influencias externas. Es el color de la evasión, relacionado con
separarse de todo, huir de compromisos impuestos…
Inevitablemente, esto me da
que pensar. ‘Espejo y gris’ me llevan a plantearme que, quizá, esté siendo
demasiado autocrítico. Y que, posiblemente, esté alejándome de la realidad y de
su influencia. No lo sé. Permaneceré atento. Nunca se sabe.