Ayer noche, bien entrada la
madrugada, me desperté. Unos golpes en los cristales me sacaron de mi estado
habitual a esas horas. Me levanté, abrí la persiana del balcón de mi dormitorio
y no había nada. ‘El viento’, pensé. Y
volví a la cama. Apenas me había dado tiempo de volver a conciliar el sueño
cuando el ruido volvió a repetirse. ‘Igual
lo he soñado’… Algo en mi interior hizo que volviese a levantarme. Los
ruidos no provenían de los cristales de mi balcón. Venían del baño. ‘¡Muy raro!’, me dije. Tan raro que provocó
que el vello se me erizara, convirtiendo la situación en inquietante cuando,
una vez levantado, pude comprobar que los golpes no venían de la ventana. Provenían
del espejo.
Palabras, sentencias, Historias. Ecos de notas, redondas, neurosis bemol. Imágenes, planos, 24 por segundo.
jueves, 17 de diciembre de 2015
miércoles, 30 de septiembre de 2015
Una Nueva vida.
Vivir un no vivir.
Conseguir olvidarse de todo y
de todos.
El no-existir ya más tu
miserable vida.
Navegar por dos aguas anclado
en mar alguno.
Y flotar en el limbo…
Dormitar la frontera entre el
Bien y entre el Mal.
Placer por un minuto fugaz
como un minuto.
Luego, soñar. Sin recordar la Nada.
Sin recordar la Nada, nada de
lo soñado.
Sólo la Nada. Nada…
Sólo la Nada atrás, sólo la
Nada al frente.
Y al Despertar, la Nada.
Sólo tú y tu con(s)ciencia de ser/no
ser quien eres.
Una píldora, sí. Una ‘simple’
habichuela.
Tan mágica que a Jack le
habría dejado mudo.
Un éxtasis impávido,
flemático, hierático…
…Y volver a empezar, comenzar
desde cero.
Flotar en un placer instantáneo
y efímero
y, luego…, luego, Nada. Nada. Contadores
a cero.
Darías todo lo tuyo, sí. Lo
tuyo y lo que fuera.
Todo lo que no tienes tan sólo
por lograrlo.
¡La vida si es preciso! ¡Y cuántas
veces fuera!
Primero, de los otros. Luego, sin
vacilar, la tuya.
Transportado a otro Mundo, un Nuevo
Ser de nuevo.
La posibilidad de comenzar naciente,
insólito, novel, estrenado,
lozano.
El precio, sí, una vida. Y
comenzar de Nuevo.
¿Lo harías? ¿Sí? ¿LO HARÍAS?
¿Tomarías la droga que lo
hiciera posible?
¿Apretar un botón sin importar
a qué,
a cuál o a quién demonios pase
lo que le pase?
¿Por comenzar de nuevo? ¿De
verdad que LO HARÍAS?
Un Nuevo Mundo, ¡SÍ! Tu Nueva Realidad.
¡YO, SÍ, SÍ, SÍ, SÍ, SÍ, SÍ,
SÍ, SÍ QUE LO HARÍA!
Y vosotros, también. ¡TAMBIÉN,
no lo dudéis!
Sobre todo, vosotros que me
decís que NO,
porque, ¡al fin y a la postre!
es comenzar de Nuevo.
Recordadlo, un botón. Apretar
un botón.
Y comenzar de Nuevo.
miércoles, 8 de abril de 2015
El ansia que nos pierde.
¿Es realmente necesario que
comamos si no nos sentimos hambrientos?
¿Es preciso que bebamos si la sed
no seca nuestras gargantas?
¿Para qué administrarnos
medicamentos si no padecemos mal alguno?
¿Es serio que curemos nuestras
heridas antes de sufrirlas?
¿Descansamos aunque la fatiga
no ha hecho aún mella en nosotros?
¿Permitimos que el llanto
aflore a nuestro rostro sin motivo?
¿De qué sentirnos aterrados si
el miedo no atenaza nuestro espíritu?
¿Por qué recelamos de lo
desconocido antes de saber qué nos aguarda al otro lado?
Quizá debiéramos sonreír. Aun
cuando no nos sintamos alegres. Nos ayudaría a acercar más el bienestar a nuestras
almas, aunque tan sólo se trate de una mera ilusión.
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