jueves, 23 de abril de 2009

Un post al margen de lo habitual.

Los que me conocen saben que, a veces, muy de cuando en vez, me gusta dejarme llevar por lo que sueño –en el pasado, lo hacía con cierta habitualidad…, pero ésta no es buena política... Y ésa es otra historia.

Siempre recuerdo lo que sueño, aunque haya tenido siete diferentes durante la noche anterior… Incluso guardo en mi memoria muchos de cuando aún era pequeño. Es más, con un detallismo nada corriente… Y no, no se trata de un relato de mi invención.


Pues bien, en la noche de ayer tuve uno –otro másmuy curioso:



Andaba por una ‘especie’ de zona residencial, entre chalets de cierto de nivel y zonas ajardinadas y pobladas de árboles y arbustos. Era de noche. Concretamente, la del 31 de Diciembre de 2009… Deambulaba en solitario, entre gente que iba y venía, celebrando el final de año –era bastante tarde; hacía tiempo que la medianoche había pasado, aunque no puedo precisar la hora con exactitud.


En mi camino, encuentro a 3 chicas: una es una buena amiga, aunque está extremadamente delgada –sus mejillas se ven hundidas; nos damos un abrazo y desaparece entre los míos diciéndome 'Me alegra verte'–, va vestida con un pantalón negro, una blusa blanca y un suéter rojo; parece que sentimos ‘algo’ el uno por el otro. Otra, bastante pequeñita y un poco regordeta –una mujer ‘hobbit’, como sacada del Universo Tolkien–, absolutamente desconocida, que creo es una representación de alguna mujer de mi pasado lejano –y no recuerdo quién–. De la tercera, ni la más remota idea… Y, bueno…, hablo un poco con ellas y, de pronto, un amigo me distrae el tiempo suficiente como para que las pierda de vista. Dejo a mi amigo y, un poco más adelante, me las encuentro. Están sentadas oyendo los consejos de un tipo desconocido que les dice, más o menos, lo siguiente:


- Debéis acostaros con quién queráis. Recordad que aún no buscáis marido, sólo ‘novietes’ temporales y debéis aprovechar vuestro tiempo.


La ‘chica-hobbit’ comenta que, entonces, qué pensaría su futuro marido si, algún día, luego de casados, se enterase de que ella se había llevado a la cama a media ciudad.


El desconocido argumenta que no ocurrirá nada. Todos, hombres y mujeres, comprendemos que hay un tiempo que debemos dedicar a la búsqueda… Y ello conduce a la promiscuidad. Así pues, concluye con que deben aprovechar no sólo esa noche sino todas las noches hasta el momento en el que decidan ‘sentar la cabeza’


La 'chica-hobbit' me ve llegar y dice:


- Quiero acostarme contigo. Deja que te lleve de la mano a mi casa.


Sin permitirme argumentar nada al respecto, me toma de la mano y me hace entrar en una casa cercana. Llegamos a una amplia sala que se encuentra en penumbra. Restos de comida y bebida, platos, vasos y botellas sobre una mesa bastante grande… Y un montón de habitaciones con las puertas abiertas en las que se aprecia gente durmiendo. Seguidamente, me conduce a una habitación a oscuras y me señala la cama en la que pretende ‘consumar lo que da por sentado’; piensa que yo voy a decir que sí… Pero no… Y mucho menos con gente durmiendo en otras camas situadas en la habitación.


Salgo de allí, sin prisa pero sin pausa. Fuera, la gente sigue con su celebración. Veo a la otra chica y ya no está tan delgada; ahora está como siempre, estupenda. No recuerdo exactamente de lo que hablamos, aunque nos miramos y tocamos con mucha confianza sin que constituyese nada sexual. De pronto, el exterior de la casa cambia. Ya no es un jardín. Todo se ha convertido en una especie de hipermercado, una gran superficie o un gran almacén. La gente sigue de fiesta. Damos un paseo por allí. ‘Alguien’ me reta a subirme encima de una cornisa que se encuentra muy alta y a que me tire desde allí y caiga de pié. Comienzo a subir y a saltar por encima de cajas y plataformas, cuidando de que no me vean los que se encuentran en una especie de mesa-mostrador a la entrada. Llego arriba, salto al vacío, doy una par de giros y, efectivamente, caigo de pié sin que me haya ocurrido nada. La chica me da un beso y me felicita.


Un chico viene con la prensa del día siguiente –cabe recordar que sería el 1 de Enero y ese día no hay prensa–. Me piden que eche un vistazo a las páginas deportivas y mire como ha quedado un determinado partido –que ni equipo no juega–. Abro un plástico, aparto unas revistas de las típicas que regalan con la prensa –hay una de ‘El Mueble’ y un par de cómics de Batman–. Las mencionadas páginas son ‘algo extrañas’, con mezcla de equipos de varias divisiones, algunos desconocidos… El resultado, 4–0… Y suena el despertador.


Mientras me afeito, como cada mañana, oigo la radio. Curiosamente, el partido al que hace referencia el sueño –que no vi y del que desconocía el resultado– terminó con el resultado de 4–0. Además, llevo soñando con el número 4 bastantes días. Sé lo que significa desde el punto de vista de la numerología; creo que incluso conozco lo que significa el resto del, sueño, pero no deja de ser extraño todo esto del número 4… Ya me faltan menos para tener los de alguna lotería que me haga, por fin, millonario y me permita dedicarme por entero a lo que realmente me gusta:

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La Música, El Cine, La Literatura, La Pintura, Las Mujeres… Y, obviamente, mi blog (aunque no necesariamente por este orden).

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