La madre de Clara fue una prostituta ocasional que padeció enfermedades mentales y epilepsia. Su padre estaba raramente presente y pudo haber sufrido algún tipo de deterioro mental. Siempre que volvía a casa, sus abusos verbales y físicos con su esposa e hija eran habituales. Clara casi nunca habló de los traumas de sus años tempranos, poco dispuesta a aprovecharlos con fines publicitarios.
Clara soñó con ser una estrella de cine desde niña. Ignorada en casa, dedicó gran parte de su tiempo libre en ir al cine. En 1921, cuando tenía 16 años, se inscribió en el concurso organizado por la revista Motion Picture Magazine, ‘Fame And Fortune’, cuyo premio era participar en un film. Según los artículos de Febrero, Marzo, y Abril del 28’ en Motion Picture Classic en los que contó la historia de su vida, pidió un dólar a su padre para tener algunas fotos que mostrar a los jueces del concurso. Él la llevó a un fotógrafo barato de Coney Island, el cual sacó 2 fotos de las que la Bow dijo que ‘eran terribles’. Ella las entregó personalmente, y la secretaria que las aceptó anotó en su formulario de registro ‘Called in person. Very pretty’ –‘Llamadla en persona. Muy bonita’-.
Después de numerosas pruebas de pantalla, la Bow fue elegida ganadora. Obtuvo un papel en Beyond The Rainbow -Más Allá Del Arco iris, Christy Cabanne-, (1922), pero para su humillación y desilusión, sus escenas fueron cortadas de la versión final y no se vieron hasta que el film fuera reeditado años después para rentabilizar su fama.
La madre de Clara no diferenciaba entre actrices y prostitutas y llegó a amenazar con matarla. Una noche, Clara despertó con un cuchillo de carnicero en su garganta empuñado por su madre. Le dijo, ‘I'm gonna kill you, Clara. It'll be better’ –‘Voy a matarte, Clara. Será lo mejor’- y entonces se desmayó con un ataque de epilepsia. Esto hecho inició una batalla perdida contra el insomnio que la acompañaría durante toda su vida. Unas semanas después, su madre la atacó de nuevo, persiguiéndola por todo el piso con un cuchillo y desterrándola a las calles. Vagó por Coney Island traumatizada durante 2 días hasta que su padre la encontró y la devolvió a casa. Robert no estaba dispuesto a hacerse responsable de la homicida de su esposa, por lo que la ingresó en un asilo en el que murió poco tiempo después. Clara se culpó de la muerte de su madre durante el resto de su vida, sintiendo que la elección de su carrera fue, de algún modo, el detonante de todo.
El debut en pantalla llegó con su próximo film, Down To The Sea In Ships –El Demonio Del Mar, Elmer Clifton-, (1922). El film obtuvo el aprecio del público, aunque la crítica la aborreció. Clara fue la única elogiada. Empezó a ir de estudio en estudio, buscando trabajo. Acabó recogiendo el fruto de su esfuerzo cuando un empleado de Preferred Pictures se le acercó en un plató, ofreciéndole su traslado a Hollywood y un contrato de pruebas de 3 meses a 50$ por semana.
Cuando la cabeza visible de Preferred Pictures, B.P Schulberg, vio a esa adolescente en ruinas, se mostró reacio, incluso, a ofrecerle una prueba de pantalla aunque, finalmente, cedió. Los resultados le dejaron asombrado. La Bow era sumamente fotogénica, su cara expresiva registraba toda la emoción de su belleza, y podía llorar a voluntad si así se lo ordenaban. Comenzando con Maytime -Louis J. Gasnier-, (1923), Schulberg lanzó a la Bow a una serie de papeles pequeños. Resultado: robaba casi siempre todas las escenas. Sin embargo, en lugar de crear proyectos para ella, fue cedida a otros estudios. No obstante, empezó a hacerse con un nombre a través de estos pequeños papeles, siendo elegida como una de las WAMPAS Baby Stars –la Western Association Of Motion Picture Advertisers elegía cada año a 13 chicas que estaban en el umbral del estrellato - en 1924.
Tan pronto como empezó a ganar dinero, se trajo a su padre a vivir con ella a Hollywood. Durante los años siguientes, financió numerosos negocios iniciados por él, incluso un restaurante y uno de limpieza en seco… Todos fracasaron. Pronto, se convirtió en un incordio borracho en los platós, intentando seducir a jovencitas a las que decía que su hija era Clara Bow. A pesar de la conducta no deseada de su padre, ella fue adorada durante este periodo de su carrera.
En 1925, Schulberg lanzó a la Bow en The Plastic Age –Días De Colegial, Wesley Ruggles-. El film supuso un enorme éxito, y la Bow se convirtió, de repente, en la estrella más popular del estudio. Compartió también estrellato con Gilbert Roland, que se convertiría en el primero de sus muchos novios. Su primer gran éxito fue Mantrap –Flor De Capricho, Victor Fleming-, (1926). Aunque le doblaba la edad, rápidamente se enamoró de él. Mantuvo relaciones con Roland y Fleming al mismo tiempo…
En 1927, la Bow alcanzó la cumbre de su popularidad con el film It –Ello, Clarence G. Badger-; éste estaba basado en una historia escrita por Elinor Glyn, y luego de ser estrenado, la Bow fue conocida como la ‘It Girl’. En la historia de Glynn, su personaje aclara que realmente es: ‘It, that strange magnetism which attracts both sexes, entirely unself-conscious, full of self-confidence, indifferent to the effect she is producing and uninfluenced by others’ –‘Ello, ese extraño magnetismo que atrae a ambos sexos, completamente inconsciente, lleno de confianza en sí mismo, indiferente al efecto que produce y no influenciado por otros’-. Más comúnmente, It fue sinónimo de sex appeal. ‘It, hell. She had those’ –‘Ello, el infierno. Ella lo tenía’-, diría Dorothy Parker.
Esta imagen mejoró debido a las varias aventuras amorosas publicadas por los tabloides. Clara era muy abierta -para la época- acerca de sus aventuras sexuales con muchos hombres famosos de su tiempo. Bela Lugosi, Gary Cooper, Gilbert Roland, John Wayne, Víctor Fleming, y John Gilbert fueron algunos de sus muchos amantes. En 1929, la esposa de Lugosi, Beatrice Weeks, citó a la Bow como parte de culpa de su divorcio.
Budd Schulberg, hijo del productor, escribió en sus memorias Moving Pictures:
‘Hollywood was a cultural schizophrene: The anti-movie Old Guard with their chamber music and their religious pageants fighting a losing battle against the more dynamic culture of the Ad Schulbergs who flaunted the bohemianism of Edna St. Vincent Millay and the socialism of Upton Sinclair. But there was one subject on which the staid old Hollywood establishment and the members of the new culture circle would agree: Clara Bow, no matter how great her popularity, was a low life and a disgrace to the community’ -‘Hollywood era un esquizofrenia cultural: La Vieja Guardia anti-films con su música de cámara y sus cabalgatas religiosas luchando en una batalla perdedora contra la cultura más dinámica de los Schulbergs que ondeaban el bohemianismo de Edna St. Vincent Millay y el socialismo de Upton Sinclair. Pero había un asunto en el que el Hollywood establishment y los miembros del nuevo círculo cultural estarían de acuerdo: Clara Bow, no importa cuán grande fuera su popularidad, era vulgar y una desgracia para la comunidad’.
Sin embargo, la Bow fue alabada por la crítica por su belleza, vitalidad y entusiasmo. Adolph Zukor, jefe de la Paramount, dijo que ‘She danced even when her feet weren't moving. Some part of her was always in motion, if only her great, rolling eyes. It was an elemental magnetism, an animal vitality, that made her the center of attraction in any company’ -‘Ella bailaba incluso cuando sus pies no se movían. Alguna parte de ella siempre estaba en movimiento, acaso sólo sus grandes, balanceantes ojos. Era un magnetismo elemental, una vitalidad animal lo que le hizo el centro de atracción en cualquier compañía’-. Por desgracia, sus papeles raramente le permitieron mostrar mucho alcance. La Bow no tenía bastante confianza para exigir participar en los guiones que le ofrecían, y los hombres de negocio del estudio la consideraban estúpida e ingenua: era tratada como un artículo en vez de como una actriz seria. El material que se le daba tendía a ser trivial, débil y formulable. Gran parte de las taquillas eran debidas completamente a la lealtad de los seguidores de Clara.
La carrera de la Bow continuó en la temprana era del cine sonoro. La leyenda sostiene que su primer film de este tipo, The Wild Party –La Loca Orgía, Dorothy Arzner–, (1929), fue un desastre, aunque el público abarrotó los teatros para verlo, y las revistas, aunque dieron calificaciones más bien pobres al film, comentaron que su voz satisfizo tanto como su imagen en pantalla. Sin embargo, comenzó a experimentar el miedo al micrófono en los platós. Una Bow visiblemente nerviosa tuvo que hacer varias tomas en The Wild Party porque sus ojos no dejaban de mirar el micro. Su actuación en sus films sonoros mejoraron rápidamente y ella continuó siendo un éxito en taquilla.
Las presiones de la fama, los escándalos públicos, el exceso de trabajo y una dañina demanda judicial de su antigua asistente Daisy DeVoe, cobraron peaje a la ya frágil salud emocional de Clara. Acabó en un sanatorio en Abril del 31’ con problemas nerviosos. Paramount la liberó de su contrato poco después.
Como colofón, algunas de sus frases:
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