martes, 5 de junio de 2007

Tom Waits

LA VIDA SON TRES DÍAS… DOS DE FIESTA Y UNO DE RESACA

Kathleen Brennan, editora de Zoetrope Studios, conoció a Tom durante el rodaje de One From The Heart —Francis Ford Coppola, 1980—. ¿Su mérito? Conseguir rescatar de su autoparodia al beatnik por excelencia, al más ‘song’ de los ‘writers’ y, a la vez, más ‘writer’ de los ‘songs’. Unido a las maquinaciones teatrales de Bob Wilson, las emanaciones de Kurt Weill y Harry Patch, sus apariciones en la gran pantalla y el paso de dos décadas, presentamos el retrato de un chico de Pomona para el que, lo más importante, es poder hacer —literalmente— lo que canta...

Siempre, —hoy, no. La música, la ‘buena música’, en grandes cantidades se está yendo por el WC—han existido rivalidades duales: Elvis-RestodelR&RChuck Berry, Jerry Lee Lewis, Gene Vincent, Little Richard… Bueno, georgia peach dijo en una ocasión que si ‘Elvis era el Rey, él era la Reina’, así que no sé que opinar al respecto…—, Beatles-Rollings… Pues bien, hubo un tiempo en el que –para bien o para mal– Bruce Springsteen y Tom Waits flirtearon, si bien no como rivalidad dual, sí con un objetivo común a ambos: convertirse en ‘El Nuevo Bob Dylan’, si bien con matices. Ser Dylan y, además, ser algo que a Dylan le gustaría ser —¿sabe alguien lo qué esconde la cabeza del ‘abuelo Bob'...?—. Springsteen optó por el modelo Elvis-Dylan —banda sólida, temas candentes, directo impactante—. Waits eligió el de Bob-Kerouac sumado a Charles Bukowski —ética etílica-beatnik de piano-bar, más bar que piano. Mucho ha llovido desde entonces —y mucho Jack Daniel’s ha corrido por su garganta—. ¿Dylan? Príncipe de Asturias de las Artes 2006… Saludos a los chicos…

Con permiso de Chaplin

Tom Waits —7 de diciembre del 49, taxi aparcado delante del Murphy Hospital, Pomona, California, USA— fue la evolución lógica de lo que de mayor hubiera sido Jackie Coogan, el tierno coprotagonista del chapliniano The kid: rostro alargado, cuerpo anguloso, dedos largos y, sobre una cabeza enmarcada en una marejada desordenados rizos, botella de Jack Daniel’s en delicado equilibrio. Y todo ello mientras aporreaba una orilla blanca y negra y mascullaba letras emocionalmente desgarradoras con una voz que parecía surgir de la garganta de una pantera.


Llegados a este punto, es bueno observar que Tom nunca ha cantado a la borrachera sino a la resaca. Tras una noche de copas —en la aciaga Navidad del 83’—, acabamos en casa de mi amigo Paco, en la cual oí el que sería en breve mi primer disco de Waits, más aún cuando supe que había estado ennoviado con la simpar Rickie Lee Jones Tom, no Paco—... Closing Time —mayo del 73– sigue sonando increíblemente bien, emotivo, dulce, delicado, atemporal… Y, sobre todo, en vinilo.

Aun no siendo un amante exclusivo del vinilo, Closing Time siempre será más un LP que un CD. Tierras como Ol’ 55, Martha, I Hope That I Don’t Fall in Love with You o Lonely se labran mejor con aguja que con láser. Como amo a esos song-writers más ‘writers que songs’, a esos tipos que cuentan historias, seguí con Tom unos LP’s más: The Heart Of A Saturday Night —74, orquesta de jazz, solidez, tragedias urbanas—, Nighthawks at Dinner —75, con la maravillosa Big Joe And The Ghost 309—, Small Change —77, definición de su voz, soledad y vagabundeo—, Foreign Affairs —77, sonidos fríos, relatos apocalípticos—, y Blue Valentine —79, grabado en dos canales y en seis días, amor y desengaño, furia en su voz—.


Hacia el 80, Waits era ya un artista de culto. The Eagles habían versionado su Ol’55 y Springsteen su Jersey Girl… Luego de que Rod Stewart empezara a versionar sus temas, Tom empezó a ser consciente de que se estaba convirtiendo en un novelty act, un artista freak con hincapié en lo de freak, un cliché de fácil imitación del que hastiarse podría llegar a ser tan simple como hacerlo de la ‘Beat Generation’. La diferencia: Tom era consciente de ello. El beatnik más beatnik estaba en peligro de terminar como terminan los beatniks: mal. ‘Me estaba volviendo perezoso: todo me sonaba con un saxo al fondo’, recuerda.

Trombones, peces espadachines y perros de la lluvia

Waits conoce a la que desde entonces será su esposa y socia artística, Kathleen Brennan. Ésta, aunque le ‘salva la vida’, hace algo mejor por él: le compra discos de ‘Música que yo nunca había oído’ y, entre el 83 y el 85, Tom se reinventa con Swordfishtrombones —base jazzística y blusera unida a la experimentación de nuevos sonidos, instrumentos como el acordeón y las marimbas, voz aún más endurecida y oscura— y Rain Dogs, todo ello inspirando en la ‘música de vagabundos’ que Harry Patch había investigado en los 30 y los 40, así como en los acordes cabareteros y afilados de Kurt Weill: dadá-jazz, humo, automóviles, perros en llamas. Tom hace todo esto desde fuera, con una voz medley Louis Armstrong-Colonel Kurtz. Y es la resaca la que canta canciones sobre él. Y patea latas y puertas. Y ladra a la luna. Y sonando como Dios o, como el decía, como ‘Una banda de lunáticos desfilando a medianoche’ o ‘Una orquesta de enanos mutantes’, se consagra ante todo aquel que busca al que suene como nadie.

Con la bendición de la avant-garde, se convierte en un músico ‘con inquietudes’. Quiere probar otras cosas, al igual que Elvis, The Beatles, The Rolling Stones, The Who, David Bowie, David Byrne, Lou Reed… Compone para Coppola el soundtrack nominado para el Oscar de One from the Heart, en octubre del 77 Bette Midler colabora con él en Foreign Affairs. En el 78 debuta como actor, junto a Stallone, en Paradise Alley. Posteriormente, actuaría en The Outsiders y The Cotton Club, de Coppola, así como destacables apariciones en Ironweed de Babenco, Down By Law de Jarmusch y Short-Cuts de Altman. Escribe y ejecuta la opereta titulada Frank’s Wild Years. Por el camino, Tom se embolsa 2 millones y medio de dólares con una demanda a la compañía de patatas fritas Frito Lay por usar un imitador waitesco en avisos de radio. Luego —más ruido ruidoso—, Bone Machine —surge el perfil místico de Tom; ya no canta la desesperación cotidiana del presente, sino que aparece preocupado por el destino de la humanidad, por los suicidas, por los asesinatos, por el poder—. En el 99 llegaría su disco más vendido, Mule Variations —ritmos sureños, profundos, oscuros; melodías desesperadamente dulces y humanas—, ganador de un Grammy, y conoce al director de teatro Robert Wilson.

Un minuto y a escena

Waits define a Wilson como ‘una especie de científico, un estudiante de medicina o un arquitecto... Una especie de autista que sólo quiere ser comprendido y que para ello ha desarrollado un nuevo lenguaje donde todo se mueve más lento y cada movimiento es decisivo y único’. Éste prestigioso hombre de teatro, uno de los directores más influyentes de este siglo, convocó a Tom en el 90 para The Black Rider —canta algunas letras de Burroughs, historias referidas a sueños. Común encontrar en los discos de Waits instrumentos desconocidos, en realidad inventos suyos y de su esposa, emplea el Bioflexor Generator, de viento, uno de los más usados —. En el 92 volvió a llamar a Waits y Señora para una obra de teatro sobre la extraña relación entre Lewis Carroll y la niña Alice Lidell, de donde salen las canciones de Alice. En el 2000 los servicios de ambos vuelven a ser requeridos para su adaptación libre del Woyzeck de Georg Büchner, en el que acaban entrando los temas de Blood Money. No es una exageración que The Black Rider en el teatro Thalia de Hamburgo fuese una de las producciones europeas más importantes de los 90. La razón, entre otras, fue que la combinación de la imaginería de Wilson y la música rompecorazones y poco ortodoxa de Waits formaron una síntesis. W&W.

En mayo de 2002 y despojados de toda ayuda escenográfica y dramática, se lanzan ambas obras, temas para actuar que, de golpe, se convierten en temas para ser oídos y que —consciente o inconscientemente— ofrecen una interesante revisión de los dos Waits que hemos conocido hasta ahora. En Alice se destaca un Waits melódico, preocupado por hacer que su voz suene a voz mientras fuma como oruga maravillosa sentado en un hongo y mirando una chica rubia de pelo largo. En Blood Money reencontramos al Waits cacofónico, soldado enloquecido por experimentos médicos y celos que derrumba todo lo que está al alcance de su mano.

Tanto en Alice como en Blood Money se vislumbran crossroads, saltos de uno a otro camino, frenéticos bailes bajo la luz de la luna. Cuesta determinar qué tema corresponde a qué obra. Y está bien que así sea. En definitiva, todos son marca Waits, más allá de encargos e inspiraciones. Él las define como ‘canciones adultas para niños o canciones infantiles para adultos’.

De Alice: Flower's Grave
—‘La tumba de una flor’ en la que nos canta que ‘Nadie lleva flores a la tumba de una flor’—, We're All Mad Here —‘Aquí estamos todos locos’—, No One Knows I'm Gone ‘Nadie sabe que estoy muerto’ , en la que canta que ‘La lluvia suena tan bien para aquellos que están dos metros bajo tierra’.

De Blood Money: Everything Goes To Hell
‘Todo se va al infierno’— , God's Away On Business ‘Dios salió en viaje de negocios’ y la formidable Misery Is The River Of The World ‘El sufrimiento es el río del mundo’—, en cuyo estribillo un Waits febril ordena una y otra vez: 'Everybody Row!' ‘¡Todos a remar!’.

En el año 2004 sale Real Gone, aventura en la que mezcla el mundo étnico y el sónico, tradiciones musicales nuevas y viejas, percusiones bucales e instrumentos propios, nueva cima de Waits.

El pasado 2006, publicó Orphans: Brawlers, Bawlers & Bastards, del que han dicho:

‘Una creación musical excelente… Cabecea hacia casi cada género de la música americana… Y algunos aún no tienen nombre.’ Observer Music Monthly—.

‘Pleno de colores, coloso incomparable, un trabajo impresionante, cool más allá de la genialidad y sin errores.’ Playlouder—.

‘Orphans es un escaparate de la bravura de la voz de Tom’.ShakingThrough.net—.

‘Orphan es un trabajo mayor que va más allá de los orígenes del material y que arrastra cada cosa del pasado y del presente con un sonido y una textura que lo presentan como algo absolutamente nuevo, más allá de todo lo que él ha publicado previamente.’All Music Guide—.

‘Inmenso en el alcance, rico en contenido y lleno de esperanza’. Billboard—.

‘Los tres discos juntos despiertan una entidad muy poderosa’.The Guardian—.

‘Un album definitivo’. Rolling Stone—.


Perdido y hallado

Y eso es todo. Historia, vida y obras. Propias y de teatro. Hoy por hoy, Tom es una ‘rara avis’. Sale muy poco de gira y puede demorarse años en sacar un disco o sacar dos juntos. Puede actuar muy mal en Drácula o hacer de sí mismo en Mistery Men. Un hombre que confiesa: ‘Cuando cantas es como si actuaras un poco. Todo el acto de cantar es como un gran signo de interrogación, una pregunta que le haces a alguien. Las canciones más satisfactorias son aquellas que te confunden. Nadie escucha canciones para recibir información. No escuchas una canción como si estuvieras leyendo una receta en un paquete de macarrones. Si te pones a escuchar una canción es porque de un modo u otro estás pidiendo que te ayuden a extraviarte, a no saber dónde estás, de dónde vienes y a dónde vas... Ahí es cuando entro yo en escena... Cuando conocí a mi esposa, solíamos jugar a un juego que inventamos nosotros y que se llamaba Perderse. Nos subíamos al auto e íbamos a un barrio de la ciudad que estábamos seguros de conocer a la perfección. Entonces empezábamos a dar vueltas al azar, a doblar esquinas, a veces durante toda la noche hasta que, al fin, conseguíamos perdernos... Entonces éramos tan felices... Somos tan felices desde entonces’...


Closing time

Mi obra favorita de Tom Waits sigue siendo Closing Time. Un tema, ‘I Hope That I Don’t Fall in Love with You’, cuya letra —me va como anillo al dedo— llora como sigue:

Well I hope that I don't fall in love with you
'Cause falling in love just makes me blue,
Well the music plays and you display
your heart for me to see,
I had a beer and now I hear
you calling out for me
And I hope that I don't fall in love with you.

Well the room is crowded, there's people everywhere
And I wonder, should I offer you a chair?
Well if you sit down with this old clown,
take that frown and break it,
Before the evening's gone away,
I think that we could make it,
And I hope that I don't fall in love with you.

Well the night does funny things inside a man.

These old tomcat feelings you don't understand,
Well I turn around to look at you; you light a cigarette,
I wish I had the guts to bum one, but we've never met.
And I hope that I don't fall in love with you.

I can see that you are lonesome just like me,
and it being late, you'd like some some company,
Well I've had two, I look at you,
and you look back at me,
The guy you're with has up and split,
the chair next to you's free,
And I hope that you don't fall in love with me.
And I hope that you don't fall in love with me.

Now it's closing time, the music's fading out
Last call for drinks, I'll have another stout.
Turn around to look at you,
you're nowhere to be found,
I search the place for your lost face,
guess I'll have another round
And I think that I just fell in love with you.

(Traducción)

Bueno, espero no tener que enamorarme de ti
Porque enamorarme me entristece,
La música suena y tú despliegas
tu corazón para que te vea,
Tengo una cerveza y ahora oigo
que me llamas

Y espero no enamorarme de ti.

Bueno, la habitación está repleta, hay gente por todas partes
Y yo me pregunto ¿debo ofrecerte una silla?
Bien si te sientas con este viejo payaso,
deja de fruncir el ceño,
Antes que la tarde se marche,
Pienso que podríamos hacerlo,

Y espero no enamorarme de ti.

La noche provoca cosas divertidas en un hombre.
Estos sentimientos de gato viejo no puedes entenderlos,
Me giro para mirarte; enciendes un cigarrillo,
Deseo, tengo las tripas revueltas, pero nunca nos hemos conocido.

Y espero no enamorarme de ti.

Puedo ver que eres solitaria como yo,
se hace tarde, te gustaría algo de compañía,
He tenido dos, y te miro,
Y tu miras tras de mí,
El chico de al lado se ha levantado y se ha ido,
La silla cerca de ti está libre,
Y espero que no te enamores de mí.

Y espero que no te enamores de mí.

Es hora de cerrar, la música se marchita
Llamada para la última ronda, pediré otra ‘Stout’.
Me giro para mirarte,
No te encuentro por ninguna parte,
Busco el lugar en el que he perdido tu rostro,
supongo que tendré otra oportunidad

Y pienso que me he enamorado de ti.

Bibliografía: Observer Music Monthly, Playloudes, ShakingThrougth.net, pagina12.com, All Music Guide, Billboard, The Guardian, Rolling Stone, anti.com, audiokat.com, indyrock.es, metacritic.com, tomwaits.com, tomwaitslibrary.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

hOLA SOY SELENE VIVO EN PERU ,ACTUALMENTE ESTOY HACIENDO UNA MAESTRIA EN LITRATURA ,MI INTERES VA DESDE LA PERSPECTINA PSICOANALITICA.ME ENCANTA COMO SUENA TOM W. TU RESEÑA ME HA SERVIDO DE MUCHO YA ESTOY TRABAJANDO CON EL ,TE AGRADECERIA PUBLICAR MAYOR INFORMACIÓN SOBRE EL .
SALUDOS.
SELENE.