(A vueltas con el tema, para que nadie se siga preocupando por mí y por cerrarlo de una maldita vez).
Ayer noche, enchufo la tv y poco
antes de disponerme a disfrutar con ‘Homeland’ (magnífica serie, magníficos
protagonistas. Todos. Aunque la Danes y el Lewis, se lleven la palma…), llega la
hora de la publicidad y, ¡oh, Dioses del Olimpo y de Asgard reunidos!, más jodidas cadenas
disparando cada vez más estúpidos anuncios publicitarios con el ‘Happy Xmas’ por
bandera (que, por cierto, lo único que me gusta en lo tocante a
esta, digamos, ‘felicitación’ es el ‘Happy
Xmas (War Is Over)’ del genio Lennon. Y eso que, muy a mi pesar, se oye a
la ‘china’… Sin comentarios… Si él la
amaba, nada que decir al respecto. No soy el más indicado para ello…).
…Pues bien. Es que lo de ayer
noche roza el colmo de la idiotez. ¿En serio pretendéis engañarme con mensajes
del tipo ‘El amor es la gasolina que
alimenta el corazón, que es el motor del Mundo’? Bueno, la frase se me
acaba de ocurrir, pero la idea es esa. Hacerme ver que eso es cierto. Y, por
supuesto, sólo en Navidad. El resto del año, a jodernos los unos a los otros. Y
no en el sentido que a todos nos gustaría…
Un imberbe de mente simple,
guitarra en ristre, pretendiendo que me crea que todo es maravilloso y mágico
en estas fechas; que vivo en la Calle de
la Piruleta, Casa de la Gominola, con mi amigo Homer Simpson. Y no estaba
solo. ¡Qué va! Deambulaba rodeado de un montón de tías buenas, todos berreando a
coro un absurdo soniquete…
Amadas mías, queridos amigos:
esto no es así. El motor del Mundo no viene definido por esa palabra de cuatro
letras, las más de las veces impronunciable. El Mundo se mueve al son que
marcan los especuladores financieros, los políticos de mierda que sólo
persiguen su propio provecho y no el de su Pueblo. Aquéllos que, por deporte, infringen
daño a sus semejantes. El DOLOR es
el verdadero motor del Mundo. Recordad que, hasta los que amamos, acabamos sufriendo.
Inevitablemente.
¿Y por qué disfrutamos de él? Porque
estamos tan habituados que acaba produciéndonos placer. Amargo, sí, pero
placer. Al final, acabamos disfrutando de él como si del amor (ya se me escapó
la palabrita de marras…) se tratara. Pero no es real. No. Nada de eso.
Como escribiera mi tío Tom (Waits, off course…) en ese magnífico Blood Money,
Everything Goes To Hell y, desde
luego, en la magnífica Misery Is The
River Of The World, ‘Everybody Row!’ en su estribillo.
Sí, Todo se va al Infierno. Tarde o temprano. Y, desde luego La miseria es el
río del Mundo. ¡Y todos a remar!
--- o - o ---
La vida, sí, son tres malditos y
jodidos días. Dos, de fiesta. Uno, de resaca. Y, cuando llega el tercero, ya
sabéis lo que toca… ¡Todos a remar! Hacia el Infierno más cercano, por favor. Que tampoco estoy para mucho esfuerzo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario